Lejos de superar un fenómeno que da la espalda a nuevas metodologías y enfoques, esta práctica perpetúa las mismas líneas de investigación y dificulta la competitividad entre candidatos con los mayores méritos. Así, España sigue contando con un alto porcentaje de profesores que leyeron la tesis doctoral en la misma universidad en la que dan clases, según el Ministerio de Educación. En 2014, cifró esta endogamia en un 73%. Dos años más tarde, la Fundación Conocimiento y Desarrollo (FCYD) reveló que el porcentaje llega a superar el 80% en las facultades de Canarias, Asturias y la Comunidad Valenciana.
Via Carlos Fosca
«Éste es el origen de todos los males de la Universidad: departamentos que forman a sus propios alumnos», dice Diego Moreno, catedrático de Economía en la Universidad Carlos III de Madrid. «La típica trayectoria de un catedrático español se asocia en algún momento a un profesor que le guía y que, si la cosa va bien, pasa a integrarle en su equipo», añade, convencido de que, «al final, esa es una carrera llena de dependencia, porque genera una cadena de favores mutuos».
"Por eso, remarca que su departamento eliminó de raíz esta práctica. «Tenemos prohibido contratar a nuestros propios doctores. Aunque el candidato sea un tipo brillante, sería como un incesto», asevera." (El Mundo, 2018)