La única posibilidad es buscar ayuda e inspiración más allá de los muros de la academia. Necesitamos una ciencia bastarda, de disciplinas que exploran sus límites en busca de la apertura, de conocimientos que exponen su vulnerabilidad para ser más robustos, de científicos que se apean de su experticia para aprender de las ajenas.

 

Colaboraciones experimentales que equipan material y conceptualmente nuestras prácticas epistémicas. Colaboraciones experimentales que emplazan la ciencia y la academia en lugares inusuales. Colaboraciones experimentales que abran con nuevas preguntas la posibilidad de elaborar nuevos relatos. Y sobre todo, unas colaboraciones experimentales capaces de alumbrar preguntas que aún no tenemos.


Via A Petapouca